Sistema Defensivo Contemporáneo del Campo de Gibraltar: El Muro del Estrecho.

 

Después de un largo y prolongado tiempo de ausencia debido a diversos motivos, volvemos a actualizar el blog con una nueva entrada que esperamos sea del gusto de nuestros lectores

Búnker que protege una cala de la Colada de la Costa (Tarifa, Cádiz).
 
Quizás a muchos de vosotros os suene la línea Maginot o la Muralla Atlántica.Estas nomenclaturas corresponden a sistemas defensivos construidos por Francia y Alemania respectivamente. El primero de ellos en los años veinte del pasado siglo para proteger el territorio francés de una nueva invasión alemana, el segundo construido por los alemanes en las costas francesas tras la invasión del país galo durante la II Guerra Mundial, y cuyo objetivo no era otro que asegurar las costas de la Franciaocupada ante un desembarco de tropas británicas. Como se pudo ver ambos sistemas no cumplieron sus objetivos pero quedaron en la memoria como prodigios de ingeniería militar convirtiéndose en referente de innumerables tratados de arquitectura militar. A semejanza de estos sistemas europeos en España también se construyeron líneas de defensas para contrarrestar posibles ofensivas enemigas, aunque al contrario que lo ocurrido que los sistemas antes mencionados no tuvieron la misma repercusión. En 1939 se comenzó a construir la “Línea P” o “Línea de los Pirineos”, con el objetivo de asegurar la frontera hispano-francesa, y casi al mismo tiempo en el sur peninsular se comenzó a construir el sistema defensivo que nos ocupa en esta entrada: el Sistema Defensivo Contemporáneo del Campo de Gibraltar.

Búnker y pasillo protegido ubicado en el cerro del Camorro (Tarifa, Cádiz).
 

            Finalizando la Guerra Civil Española se detectaron numerosos movimientos en la orilla norte del estrecho de Gibraltar de las marinas de Gran Bretaña y Francia, esto junto al trasiego de tropas y materiales bélicos en la colonia británica sembró la alarma en los altos mandos del ejército golpista pues sospechaban  una inminente invasión anglo-francesa. Esta situación derivó en una movilización masiva de las tropas establecidas en el Campo de Gibraltar y en el inicio de la construcción de un sistema de defensa que protegiera la frontera sur del país.

Cañón inutilizado que perteneció al acorazado Jaime I y que fue reciclado como artillería de costa. Situado en la 9ª Batería de Costa (Tarifa, Cádiz).
 
Para la realización de las obras se contó con la creación de la Comisión de Fortificación de la Frontera Surdirigida por el general Jeveneois, entre mayo y diciembre de 1939. En 1940 el trabajo es continuado por la Comisión Técnica del Estrecho, bajo el mando del Gobernador Militar del Campo de Gibraltar. Por último es la Comisión de Fortificación y Artillado de la Orilla Norte del Estrecho quien toma la responsabilidad del sistema defensivo.

    
Vista desde el interior de una plataforma para ametralladoras. 8ª Batería de Costa (Tarifa, Cádiz).
 
El sistema campogibraltareño se extiende por la costa gaditana desde Guadiaro hasta las playas oeste de Conil. Es un sistema homogéneo donde el hormigón es el material predominante y que está compuesto por más de 500 fortines, murallas de casamatas, pozos de tiradores, plataformas artilleras, barracones, almacenes, puestos de mandos, y kilómetros de pistas de carreteras y trincheras, que aunan modelos europeos, especialmente alemanes, y la experiencia de la Guerra Civil. Un muro cuyo objetivo era anular cualquier intento de invasión a través de la costa norte del Estrecho e incluso ayudar en una hipotética ocupación del Peñón de Gibraltar por parte del eje italo-alemán como la planteada en la operación Félix en 1940, la operación Illiona en 1942 o en la operación Gisela de 1943.

  
Búnker de Atlanterra (Tarifa, Cádiz).

La muralla del Estrecho estaba organizada en tres sectores: sector de Tarifa, sector La Línea-San Roque y el sector Algeciras. A su vez, cada sector contaba con tres líneas de defensas que impidieran la futura invasión. La primera línea se establecía a pie de playa y en los accesos desde ésta a la carretera Algeciras- Cádiz; la segunda se ubicaba de forma más o menos paralela a la primera y a unos aproximadamente 600 metros de distancia y su objetivo era evitar el avance enemigo por los valles perpendiculares al mar, la tercera y última línea se colocó a unos 800 metros de la segunda como mínimo siendo la más fuerte.

Plataforma de ametralladora y pasillo protegido. 8ª Batería de Costa (Tarifa, Cádiz)
Interior de un puesto de observación en la 9ª Batería de Costa (Tarifa, Cádiz)

 

Para la construcción de esta enorme obra se contó con la  mano de obra de aproximadamente 15000 prisioneros republicanos procedente de los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores existentes en el sur de la provincia de Cádiz como los de Punta Paloma (Tarifa), el Campamento de las Eras (Algeciras) o el de Jimena de la Frontera, que en condiciones de semiesclavitud eran obligados a erigir estructuras con el claro propósito de proteger al estado franquista de una invasión que recuperara la democracia para España, y les devolviera a ellos su pérdida libertad.

Presos republicanos transportando los cañones que formaran parte de las baterías de Paloma (Tarifa, Cádiz). Foto extraída del grupo de Facebook «Historia de Tarifa en Imágenes».

Hoy en día podemos encontrar numerosas estructuras de lo que fue aquella mastodóntica obra, que nunca entró en acción salvo para realizar alguna que otra maniobra del ejército, por toda la costa gaditana pero es en el Campo de Gibraltar donde la presencia de lo que antaño fue el Muro del Estrecho es más importante. Un ejemplo único de arquitectura militar que ha día de hoy permanece en el más absoluto abandono y que bien podría tener una función distinta para la que fue concebida. Los aproximadamente 271 búnkeres que se localizan en la actualidad deben de ser utilizados como objeto de estudio, divulgación y aprovechamiento turístico para una zona donde la economía no es muy boyante. Tampoco debemos dejar de lado el trabajo y sacrifico de miles de presos represaliados a los que se les aplicaba esa máxima hitleriana de que “el trabajo os hará libre”, por lo que algunas de estas estructuras deberían de servir como homenaje y recordatorio a esas miles de personas y de esta formar evitar que el españolito de a pie olvide que son numerosas las infraestructuras civiles y militares  que fueron levantadas por hermanos condenados por defender un gobierno legítimo nacido de las urnas.

Búnker de Santa Catalina en el centro urbano de Tarifa.
Fuentes
Algarbani Rodríguez, José Manuel, 2008, “Los Bunkers del Estrecho y los prisioneros republicanos”, Almoraima, 36, 451-460.
Sáez Rodríguez, Ángel. J, 2011, “España ante la Segunda Guerra Mundial. El sistema defensivo contemporáneo del Campo de Gibraltar”, HAOL, 24, 29-38.

12 de diciembre de 1949: Tragedia en el Estrecho.

Traiña Los Mellizos en el puerto de Tarifa. Año de 1947. Fotografía extraída del al catálogo de la exposición “Imágenes Tradicionales de la Pesca”. Tarifa, 9 a 18 de Mayo de 2008.

Hace un año aproximadamente comencé a escribir un artículo que titulé 12 de diciembre de 1949: Tragedia en el Estrecho. En él recojo el desastre marítimo más destacado de los ocurridos en las aguas del estrecho de Gibraltar durante el pasado siglo.
El próximo 12 de diciembre se cumplirán sesenta y cuatro años de aquel siniestro, un día como otro cualquiera de faena en la mar, hasta que se transformó en tragedia. Aquel día la naturaleza decidió desatar toda su furia  en el Estrecho, arrojando un resultado al final de  la jornada tres pesqueros hundidos; El San Carlos de Algeciras, El Lobo Grande de Ceuta, y Los Mellizos de Tarifa; y el fallecimiento de 64 hombres del mar, los cuales formaban parte de las tripulaciones de las siniestradas naves.
Esta historia está recogida en el Nº 83 de la revista de estudios tarifeños Aljaranda. Número que fue publicado el pasado mes de octubre, pero desde tan sólo unos días está disponible en la red, así que, aprovechando la coyuntura he querido compartirlo con vosotros.
Podéis acceder al artículo así como al número completo pinchando aquí.

Titular del Diario de Cádiz con fecha del 15 de diciembre de 1949        
Día 12 de diciembre
qué día más señalao,
Día 12 de diciembre
enfrente de los isleos
tres barquitos naufragaron.
enfrente de los isleos
tres barquitos naufragaron
Que pena de marineros
cuando llegó la noticia
que “El Lobo” se estaba hundiendo
San Carlos” y “Los Mellizos” iban con él
una ola gigantesca hundió a los tres
hundió a los tres, ¡mare mía!
hundió a los tres.
 
Alegría dedicada a las victimas del naufragio.

Los Vasos de Vicarello

Al norte de Roma, a orillas del lago Bracciano se encuentra la pequeña localidad de Vicarello, famosa desde tiempos de la antigua Roma por la existencia de aguas sanadoras, manantiales de origen volcánico con altos contenido de minerales y otras sustancias disueltas en las aguas que las dotan de un apreciado valor terapéutico. Las aguas de Vicarello estaban dedicadas al dios Apolo, siendo conocidas en la antigüedad como aquae Apolinares,donde ininterrumpidamente desde los albores de nuestra era cientos de personas acuden en busca de salud y relax. 
En esta pequeña localidad hace unos ciento sesenta años se produjo un hallazgo arqueológico de gran importancia para el conocimiento de la civilización y cultura de la antigua Roma. En 1852, los operarios que trabajaban en la demolición de un antiguo balneario construido descubrieron la grieta de la que partía el manantial que daba razón de ser al complejo, ésta se encontraba semiobstruída por numerosos objetos. La sorpresa debió de ser mayúscula para aquellos obreros, pues bajo las aguas hirvientes destacaba el brillo del oro, la plata y el bronce de la gran cantidad de utensilios que allí se encontraban. Los objetos se  hallaron depositados de forma estratigráfica, así, aparecieron en primer lugar vasos y monedas de época Imperial, después monedas acuñadas en época Republicana, monedas de otros pueblos de la península Itálica antes del dominio romano, y finalmente, en el fondo, numerosos objetos líticos de época prehistórica. Un hallazgo que fue catalogado cómo el tesoro más grande encontrado hasta la época en suelo italiano. La presencia de tantos y diferentes objetos bajo estas aguas se debe a la búsqueda del favor del dios sanador para la recuperación de la salud, no eran otra cosa que exvotos depositados desde milenios.
Pero sí traemos este descubrimiento a este blog no es sólo por la riqueza del hallazgo, sino porque de entre todas las piezas encontradas en Vicarello aparecieron cuatro vasos a los que consideramos muy gaditanos, son los llamados Vasos de Vicarello o Vasos de Apolinares.
Cuatro vasos de diferentes tamaños realizados en plata y labrados en forma de columna miliaria (hito de piedra que señalaba las distancias en las vías o caminos), en los que sí algo llama la atención no es la riqueza del material, sino la particularidad de tener grabados la superficie de cada uno de ellos el itinerario completo que lleva al viajero de Gades a Roma
Estos vasos dan testimonio de las diferentes etapas del viaje, la distancia en millas romanas que suma el recorrido, así como la distancia entre cada una de las estaciones que iban de Gades a Roma, atravesando el territorio Peninsular, cruzando los Pirineos para adentrarse en Francia, y por último bajar a Italia donde espera el destino final, Roma, un total de 1841 millas romanas (aproximadamente unos 3000 Km.). Datados a principios del cambio de Era, suponen el primer testimonio de itinerario referentes a la península Ibérica. 

 

Respecto a su origen y propiedad debemos comentar que pertenecieron a un oferente anónimo posiblemente de elevada posición social, dado el rico material de fabricación de los vasos, oriundo de Gades, o bien residente en dicha ciudad, quien encargó la construcción en plata de estos cuatro vasos en alguna manufactura local.
En cuanto al motivo de la ejecución se plantea alguna duda, pues sí en principio pudiese ser un encargo ex processo para servir de ofrenda, también se plantea que su misión era simplemente la de servir como recipiente usado para beber y como guía, es decir era utilizado para consultar las distintas etapas del camino, convirtiéndose en exvotos por la necesidad del viajero de  hacer uso de las aquae Apolinares.
Los Vasos de Vicarello se encuentran actualmente expuestos en el Museo Nazionale Romano, mientras que en la Real Academia de la Historia de España se encuentran unas copias de los mismos realizadas en bronce a partir de los originales. Una lástima que en el Museo Arqueológico Provincial de Cádiz no podamos disfrutar de éstas o de otras copias, pero en fin, esto es otra historia.

 

Conferencia sobre la figura de Augusto Conte Lacave

El próximo jueves 18 de abril daré una conferencia sobre este insigne gaditano en la Casa de la Juventud, C/ Cánovas del Castillo, nº 41; esta conferencia se enmarca en el II Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores que organiza la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Cádiz en colaboración con la Asociación Cultural y Universitaria Ubi Sunt?. Para más información del personaje pinchar aquí. En los días posteriores a la charla haré una pequeña reseña sobre la misma. Nos vemos el jueves. 

 

La Trocha: Atajo entre Bahías

Según el diccionario de la Real Academia Española de la lengua la palabra trocha tiene entre sus acepciones; “vereda o camino angosto que sirve de excusado, o de atajo para unir una parte”, y es sin duda ésta una denominación que viene como anillo al dedo para aquel antiguo camino que a modo de atajo partía de la ciudad Algeciras, y tras discurrir por las sierras algecireñas y tarifeñas desembocaba frente a laguna de la Janda.
La difícil orografía que rodea la orilla Peninsular del estrecho de Gibraltar, salpicada por los últimos estertores del sistema Subbético provoca que las comunicaciones entre Tarifa y Algeciras nunca hayan sido fáciles, y por tanto el viaje entre las poblaciones gaditanas se presentaba cómo una aventura llena de obstáculos. Antes de la construcción de la N-340 entre ambas localidades el itinerario discurría por la llamada “Colada de la Costa”, este camino se presentaba como una vía no exenta de dificultad salpicada por numerosas elevaciones, que para más complicaciones dejaban al viajero indefenso ante los vientos y temporales que periódicamente y con virulencia actúan en la la zona. Tampoco hay que dejar de lado un peligro mucho mayor procedente de la berberia, este peligro no es otro que las continuadas razzias realizadas por los piratas berberisco sobre la costa andaluza y levantina, sobre todo en los siglos XVII y XVIII. Estas incursiones causaban grandes estragos entre los núcleos de población asentados en la costas mediterráneas, así que no era de extrañar que un viajero cuyo destino final fuera Algeciras acabará sus días cómo esclavo en Argel o Trípoli.
Como alternativa al citado camino costero el viajero que desde Cádiz tenía como destino Algeciras o viceversa, podía atajar por La Trocha. Éste era un camino de los llamados de herradura debido a la imposibilidad del transito de carromatos por él, sólo a lomos de una cabalgadura o a pie los viajeros podían recorrer su angosto y estrecho trazado.
La Trochasupuso acortarle una jornada a la ruta entre las dos bahías gaditanas, siendo este ahorro de tiempo su mayor ventaja respecto al camino de la costa. Pero esta alternativa tampoco estaba libre de peligros, pues a los obstáculos propios de una zona salpicada de numerosos accidentes geográficos (pendientes, bosques, desfiladeros, gargantas …) no podemos olvidarnos de los numerosos salteadores que salpicaban el camino, y que al acecho del viajero no dudaba en asaltarlo. La mayoría de estos bandoleros eran jornaleros del corcho y carboneros que completaban sus exiguos salarios con las bolsas y pertrechos de los desafortunados caminantes.
Un ejemplo de la dificultad y peligrosidad que entrañaba La Trocha la encontramos en el viajero inglés Richard Ford, quien en el año de 1832 en su camino de Cádiz a Gibraltar atajo por dicho sendero extrayendo la siguiente impresión: “..era una cabalgadura y peligrosa, especialmente en el paso de La Trocha, infestado de contrabandistas, que cuando pueden se vuelven rateros y ladrones”
Camino empedrado, cuyo origen se remonta a época romana, fue testigo del paso de gentes de toda condición y clase. Su declive como vía transitada comenzó en el año 1869 a raíz de la inauguración del servicio regular de diligencias entre Cádiz-Algeciras, posteriormente tras la creación de la primera estación del ferrocarril a finales del XIX, y en 1910 del servicio regular de autobuses, el camino de La Trochafue quedando en desuso hasta que finalmente la mejora de la carretera Tarifa-Algeciras dejo sin sentido esta ruta. Consecuencia de este hecho fue también el abandono de los tres puntos de descanso y recuperación que representaban las ventas situadas a lo largo del trayecto; venta de Ojén, venta de las Corzas y la venta de La Trocha.
Por último queda decir que en la actualidad el antiguo camino vuelve a ser transitado por amantes del senderismo que no dudan en experimentar las sensanciones que en otro tiempo soldados, caballeros, jornaleros, aventureros, buhoneros,…y por supuesto bandoleros vivieron en su paso por La Trocha.
Tramo empedrado del sendero en la actualidad.

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