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La Nueve: Hazañas de republicanos españoles en la II Guerra Mundial.

La historia que os contamos a continuación esta siendo conocida en los últimos años y no es otra que la participación de republicanos españoles en la II Guerra Mundial, españoles que lucharon bajo la bandera de la Francia libre. Para conocer el origen de estos españoles hay que retrotraerse a la Guerra Civil española, y recordar el forzoso exilio que le tocan vivir a los republicanos españoles tras la derrota. Muchos de los exiliados optaron por marchar a Marruecos o Argelia. La Francia de Vichy, al respecto de los españoles, les obligó prácticamente a enrolarse en la Legión Extranjera Francesa. La Legión en aquel momento tenía una parte leal al movimiento francés libre y otra partidaria al gobierno de Vichy. Aunque posteriormente la legión de Vichy se unió a sus hermanos franceses libres. Sus primeras actuaciones en combate al mando de Leclerc sería en el frente tunecino contra el “Zorro del desierto” Rommel. El 7 de Mayo de 1943 tomaron la ciudad portuaria de Bizerta, siendo su ultima actuación en África. Los españoles recobraban así el espíritu del 36. La Nueve nacía ahora, eran 150 españoles, anarquistas, socialistas, antifranquistas y antinazis, antiguos miembros de la Columna Durruti. Muchos de ellos, encerrados en campos de concentración por el Frente Popular.
De Gaulle reconoció la labor de estos soldados españoles, siendo reagrupados en la II División Blindada, de la que estaba al mando el general Leclerc. Dentro de esta división se creó una unidad especial, la Novena compañía, la Nueve, a todos efectos española.
Al frente del regimiento español se encontraba el General Dronne, el cual en su diario reflejó que los españoles eran diferentes a los demás porque luchaban por un ideal, ese ideal era la libertad, no una bandera. En Septiembre de 1943 la Nueve fue mandada a Rabat, con armamento procedente de los Estados Unidos.
El 20 de agosto de 1944, De Gaulle se reunió con Eisenhower, en Normandía: “Leclerc y su Segunda División estarán al frente de la liberación de París”. En sus Memorias, el capitán francés de la Novena compañìa cuenta la decisión final de Leclerc: “No hay que obedecer órdenes idiotas. Dronne, tome a sus hombres de la Novena y entre en París. Diga a los parisinos que toda nuestra división estará con ellos, mañana”. Los españoles de la Nueve fueron  los primeros en entrar en París. Iban montados con once half-tracks, a los cuales los españoles les dieron diferentes nombres de batallas de la Guerra española, Guadalajara,  Brunete, Ebro, Belchite, Jarama,Guernica, y Madrid entre otros. Solo un Sherman con tripulación francesa participó en el avance final. El primer blindado aliado que llegó a París era el “Guadalajara”. El primero en abrir fuego, tras entrar en la plaza del Ayuntamiento, fue el vehículo blindado «Ebro«, que efectuó disparos contra un grupo de fusileros y ametralladoras alemanas. Liberado el país galo, los habitantes se sorprendieron de ver un gran número de españoles entre sus libertadores. La Nueve también participó en la toma de la Cámara de los Diputados, del Hotel Majestic y la Plaza de la Concordia. En la madrugada del 25 de agosto los alemanes capitulan y los españoles reciben como prisionero a Dietrich von Choltilz
 Pero tras la liberación de París la guerra aún no había terminado, la Nueve abandonó la capital francesa el 8 de Septiembre para volver al frente. El día 12 de septiembre los españoles fueron protagonistas en Anderlot haciendo 300 prisioneros alemanes. En noviembre, lucharon en Alsacia, donde perdieron un vehículo blindado. El 23 de noviembre Estrasburgo fue tomada por la Nueve. Más problemas tuvieron los españoles en suelo alemán, donde las inclemencias meteorológicas (era pleno invierno) y las bombas alemanas causaron alrededor de las 50 bajas. Finalmente, participaron en la tomas del Nido del Águila, refugio de Hitler.  Condecorados en Francia por la liberación de París, al finalizar la guerra fueron “olvidados”. Lamentablemente se cambiaron  los nombres de los blindados españoles sustituyéndolos por nombres franceses. Los méritos de la Nueve en París fueron tomados por el ejército francés. La historia los condenaba en definitiva al olvido, al ostracismo, en palabras de Mesquida (autora de La Nueve. Los españoles que liberaron París), porque «la Francia de la ocupación alemana tenía que reescribir su historia como Francia combatiente, Y para ello, De Gaulle no dudó en sacrificar a muchos de los que habían luchado en realidad».
En 2004 los españoles de la División Leclerc  fueron reconocidos finalmente como los auténticos liberadores de París en la Segunda Guerra Mundial.

La II Guerra Mundial desde el más allá.

Trasteando en el maravilloso mundo de internet he encontrado una historia que me ha parecido interesante para compartir.. La familia Leininger, del Estado de Louisiana, EE.UU, son los protagonistas. Al parecer el hijo de la familia, James desde los dos años sufría intensas pesadillas, todas ellas con un nexo común, diferentes batallas de la II Guerra Mundial.  Soñaba que era piloto de combate y que luchaba contra los japoneses. Mencionaba un nombre, un avión,  y el nombre de un barco, el Natoma Bay (un portaaviones). Dibujaba con minuciosidad aviones de combate. Con el tiempo y al parecer tras una ardua investigación, los padres descubrieron , que su hijo era la reencarnación de un piloto norteamericano de la SGM, el soldado James Huston. Esta historia fue convertida en libro por el padre y el propio hijo, Soul Survivor. The Reincarnation of a World War II Fighter Pilot.

Me parece una historia fascinante, y respetando lo que supone la reencarnación para la religión, formulo la siguiente cuestión: ¿Realidad o ficción?

La Incursión Doolittle. (Un episodio de la II Guerra Mundial)

Lo único bueno que pude sacar del visionado del engendro de película que me parece a mi que es Pearl Harbor, fue el descubrimiento del militar James Harold Doolittle, amen de la gran banda sonora de Hans Zimmer, pero eso es otra historia.
Doolittle nació en 1896 en Alameda, California. De pequeño jamás pensaría que podría llegar a ser un militar de importancia en la II Guerra Mundial; de complexión delgada y estatura más bien baja, servía más bien para mofa de sus compañeros. Con el paso de los años irá moldeando su futuro, decide alistarse y pronto encuentra su vocación en la aviación militar. Así en la I Guerra Mundial será instructor de vuelo. Posteriormente, será piloto de carreras, llegando a batir en 1932 el record mundial de velocidad, alcanzando cerca de los 500 Km/h.. Doolittle que había dejado el servicio activo en 1930, lo retomaría en 1940, con la graduación de Coronel, con el objetivo de convertir las industrias civiles en militar ante el conflicto que los alemanes habían provocado.
Esto ya nos acerca al episodio el cual queremos destacar, conocido como La incursión Doolittle
“Miembros del Senado, de la Casa de Representantes:  Ayer, 7 de Diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los Estados Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados por fuerzas navales y aéreas del Japón”.
Con estas palabras Roosevelt declaraba la guerra a Japón. El teniente coronel Doolittle fue el encargado de dirigir el ataque, que no era sino una respuesta a lo de Pearl Harbor. Hicieron falta varios meses de preparación y adiestramiento de los pilotos para llevar a cabo el ataque. El plan consistía en golpear a Japón en su propio territorio con el objetivo de hacerles ver que el temido Imperio japonés no era intocable. El problema era que debían de estar no lejos de territorio nipón, por lo que se eligió aquella zona de China libre de la ocupación japonesa. Por otra parte se eligió el portaaviones USS Hornet para el despegue de los bombarderos. Previamente se habían eliminado a los bombarderos B-25 que efectuarían el ataque,de toda clase de piezas y elementos que dificultasen el despegue y adicionarle depósitos de combustible, así como dato significativo señalar que las ametralladoras traseras se quitaron y se colocaron en su lugar unas falsas de menor peso y que daban el pego. El 1 de abril de 1942 los bombarderos fueron embarcados al portaaviones. Habían pasado cuatro meses de tan funesto ataque a Pearl Harbor cuando el USS Hornet navegaba las aguas del inmenso Pacífico en busca de una venganza. Resaltar que se trataba de una misión peligrosa empezando por el despegue de los bombarderos del portaaviones, algo que nunca se había hecho y que en un principio podía parecer descabellado, de ahí todos los cambios que se produjeron como aducíamos anteriormente. Para complicar aun más las cosas el portaaviones fue visto por los japoneses por lo que Doolittle estimó oportuno despegar en ese momento aunque restaba 200 millas del punto estratégico.
Los 16 B-25 una vez despegados pusieron vuelo hacia Tokio. Se dispusieron para un bombardeo a plena luz del día, al acercarse a la costa japonesa Doolittle dividió sus aviones: nueve fueron  a Tokio, donde iba él, tres a Kanagawa, y los últimos tres a Nagoya, Osaka y Yokosuka. Doolittle y sus 8 bombarderos lanzaron bombas incendiarias contra los distintos objetivos industriales. Las otras dos formaciones hicieron lo mismo, un ataque corto pero intenso al corazón industrial de Japón. El punto de aterrizaje sería en una base china amiga. Pero no fue tarea fácil, pese a que la mayoría consiguió aterrizar al límite de combustible, otros no tuvieron tal suerte. Un bombardero fue tomado por los rusos, siendo su tripulación hecha prisionera hasta esclarecer lo sucedido, otro cayó al mar, falleciendo dos de sus tripulantes y el resto prisioneros de los japoneses, una tripulación pereció al estrellarse su avión. No obstante el objetivo se cumplió Japón notó el golpe sobre todo anímicamente, habían invadido su cielo, y no habían podido hacer nada.
Sin embargo, el coste norteamericano había sido alto, Doolittle había perdido todos los bombarderos amen de varios de sus soldados, pero cual fue su sorpresa, no tanta si llegamos a comprender esa particular idiosincrasia yanqui, que esperando el que se le instaurase una corte marcial por los bombarderos perdidos, el presidente de los Estados Unidos le condecoró con la Medalla de Honor. El General James H. Doolittle falleció el 27 de septiembre de 1993 y fue enterrado en el Cementerio de Arlington, destinado exclusivamente a los héroes de guerra norteamericanos.