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“Venceréis, pero no convenceréis”.

El Paraninfo de la Universidad de Salamanca fue testigo, el 12 de octubre de 1936, de un enfrentamiento verbal entre Miguel de Unamuno, rector de la Universidad, amen de filósofo y escritor, y el general de la legión José Millán Astray. Un enfrentamiento que de cara al exterior sería un claro reflejo de lo que supondría el régimen franquista. El motivo del que se diesen cita fue la celebración del Día de la Raza de 1936, que era como antes se conocía el 12 de octubre. 

Allí se reunieron grandes intelectuales españoles, como José María Pemán, Francisco Maldonado, o el citado Unamuno, el cual había mostrado su apoyo al régimen. También asistieron diversas personalidades franquistas como el obispo de Salamanca, Enrique Plá y Deniel, el gobernador civil, Carmen Polo (esposa de Francisco Franco) además del citado Millán Astray. Tras un intenso discurso de Pemán, el profesor Francisco Maldonado pronuncia un discurso (según el hispanista Hugh Thomas) en el que ataca violentamente a Cataluña y al País Vasco, refiriéndose a las mismas como “cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, que es el sanador de España, sabrá como exterminarlas, cortando en la carne viva, como un decidido cirujano libre de falsos sentimentalismos.”  Tras este acalorado discurso Millán Astray gritó: “España” a lo que muchos asistentes, seguidores del régimen respondieron al unísono:  “Una”,  “España”, “Grande”, “España”, “Libre.” En ese momento, Unamuno se ve obligado a intervenir y pronuncia el siguiente discurso: «Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de algún modo- del profesor Maldonado, que se encuentra entre nosotros. Dejaré de lado la ofensa personal que supone su repentina explosión contra vascos y catalanes. Yo mismo, como sabéis, nací en Bilbao. […] Pero ahora acabo de oír el necrófilo e insensato grito «¡Viva la muerte!» y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán-Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor.» 

Acto seguido, Millán Astray, que se vio injuriado, gritó: “¡Muera la inteligencia!”. Pemán en un intento por calmar los exaltados ánimos exclamó: “¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!”. Pero Unamuno decidido a concluir su discurso dijo: “¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España.” 

 Esta fue la última gran lección que Miguel de Unamuno impartió en la Universidad de Salamanca. Tan solo diez días más tarde, el 22 de octubre, Franco firmaba el decreto que suponía la destitución de Unamuno como rector.

Los últimos días de vida los pasó bajo arresto domiciliario en su casa, sufriendo las represalias del bando sublevado. Feneció el último día del año de 1936.
Para la elaboración de esta entrada ha sido consultada la obra de Hugh Thomas:  La Guerra Civil Española Ed. Grijalbo. Barcelona, 1984. 

El Pabellón español en la Exposición Universal de Paris de 1937.

 En 1937 se celebraba en Paris la Exposición Universal y la República española que se encontraba inmersa en una guerra civil optaría por un arte de propaganda, así el surrealismo y el cubismo darán paso al realismo como sencillez artística. De esta forma, el stand español en Paris, sería primordialmente de propaganda, que captase el espíritu de la República. El Pabellón de la República de España fue diseñado por José Luis Sert y Luis Lacasa. El edificio se construyó con materiales prefabricados y tenía forma de prisma, de tres plantas entrelazadas con escalera o rampas, frente a esta construcción encontramos los imponentes edificios de la URSS y la Alemania Nazi, este último ejecutado por el arquitecto del régimen nazi  Albert Speer. El Pabellón se inauguró el 12 de julio de 1937. La escultura de Alberto Sánchez, El pueblo español tieneun camino que conduce a una estrella, de más de 12 metros de altura, se expuso en la entrada. Otras obras que se podían ver en el Pabellón eran la Montserrat de Julio González, El Campesino catalán de Miró, las esculturas de Emiliano Barral, artista que murió en el frente español un año atrás. Los comisariados españoles incluyeron 18 esculturas como homenaje póstumo. Josep Renau tendrá también su espacio en la exposición, expresando su arte en forma de cartelismo, un arte muy en voga en aquellos momentos. Renau mostraría en sus carteles una clara influencia del cartelismo soviético posrevolucionario, utilizando el fotomontaje. Una de las secciones más destacadas de la obra de Renau era la dedicada a los desastres de la Guerra. Pero sin duda alguna el gran protagonista era Pablo Picasso. El artista malagueño realizó para el Pabellón varias esculturas, pero será la pintura titulada Guernica la gran referencia del Pabellón español. Pintado en los meses de mayo y junio de 1937, fue una petición expresa de la República española al pintor. La petición fue realizada en casa del artista en Francia. Allí fueron artistas anteriormente citados como Josep Renau, Luis Lacasa, o escritores como Max Aub. Esta visita tuvo lugar en enero de 1937, pero no será hasta el bombardeo del 26 de abril a la población vasca de Guernica cuando Picasso decida que obra presentar, El Guernica , un óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de 3,50 x 7,80 m.
El Pabellón, que hay que decir que fue construido con un carácter efímero, fue reconstruido en 1992 por  Espinet-Ubach y J. M. Hernández León y actualmente se encuentra situado en el parque valle de Hebrón –Barcelona.

Nuestros teléfonos móviles están manchados de sangre.



Hace poco hacíamos alusión a los diamantes de sangre y un lector del blog hizo una referencia que para un servidor resultó terrorífica; trataba sobre el coltan y las pérdidas humanas que lleva consigo. Neófito en el tema he indagado un poco y me veo en la obligación de compartirlo con ustedes.

El coltan es la abreviatura de dos minerales: columbita, una mena de columbio y tantalita, una mena de tántalo. Se ha dicho de el que es un mineral con propiedades físico químicas mágicas. De hecho gracias al coltan se ha experimentado un gran avance tecnológico. Su proceso de obtención es bastante primitivo. Decenas de hombres escalan grandes agujeros para extraer el coltan del subsuelo. Aunque Brasil, Tailandia y Australia son reservas comprobadas, está demostrado que cerca del 80% de las reservas se encuentran en la República Democrática del Congo. Se usa en las estaciones espaciales, en las armas de alta tecnología, pero sobre todo en los teléfonos móviles, que consume el 60% del coltan extraído del suelo congoleño. Se aplican en las baterías de los celulares y en las pilas consiguiendo prolongar cada vez más la durabilidad de estos aparatos. Es imprescindible para las placas de los ordenadores ya que permite la conductibilidad del mismo. Se usa para las consolas de videojuegos aparatos médicos trenes magnéticos, etc.

El Congo es un país de 60 millones de habitantes, donde la mitad de la población son niños. En 1997 llega al poder Kabila provocando la caída de Mobutu. Kabila al frente de una revuelta al este del Congo conquistó la capital Kinshasa. El país cambia de nombre pasando de llamarse Zaire a República Democrática del Congo. Con Mobutu las empresas anglosajonas pactaban acuerdos comerciales favorables para los dos extremos. Ahora Kabila exige el pago de los impuestos por el saqueo de las riquezas mineras. Se comienza a generar en 1998 un movimiento contra Kabila apoyados por Uganda y Ruanda, iniciándose un conflicto armado. Tres millones de congoleños fallecieron en dos años.

La mayor parte del coltan sale de contrabando y sus ganancias se convierten en armas para los grupos rebeldes. Miles de niños van a trabajar a las minas. Los mineros se alejan de sus comunidades para ganar 10 dólares por cada kilo de coltan extraído, cuando luego se cotiza en el mercado internacional a 500 dólares. En cuatro años han muerto más de 3 millones de personas en las minas de coltan. Por otro lado, la pobreza y el hambre causadas por las guerras han llevado a rebeldes y mineros cazar elefantes y gorilas, diezmando considerablemente el número de estos y llevándolos a una posible extinción.

En el aspecto socio-económico hay multinacionales que, como grandes compradoras de este mineral, no les interesan que los conflictos sociales derivados de la extracción del mineral salgan publicados en los medios de comunicación, por la pérdida económica que ello pueda conllevar.

Y el Golpe llegó a Cádiz!!!



El 18 de julio de 1936 se gestó una sublevación militar dirigida contra el gobierno de la Segunda República Española. Existieron preparativos en todo el país. En el caso que nos concierne, Cádiz, desde muy temprano por la mañana, los teléfonos del Gobierno Militar no pararon de ser utilizados. Será a las tres de la tarde cuando Queipo de Llano en Sevilla y López Pinto en Cádiz, en una conversación telefónica concluyen con un “todo listo”. Posteriormente las tropas se echaron a la calle y se leyó el Bando de Estado de Guerra en la Plaza de las Cuatro Torres (Plaza de Argüelles), tan cerca del edificio del Gobierno Civil que cuentan que Mariano Zapico, último Gobernador Civil republicano de Cádiz, salió al balcón y gritó ¡Viva la República! El General Varela tras haber sido liberado de la prisión militar del Castillo de Santa Catalina, sale con dos pequeños batallones, dirigiéndose por la Cuesta de las Calesas e Isaac Peral, (actualmente avenida Ramón de Carranza), a la Plaza España. En la Plaza se le unen “camisas viejas”. La reacción de Falange no se hace esperar, siendo treinta y cinco los falangistas gaditanos los que se movilizaron. Veinte fueron al Casino Gaditano, con camisas azules y armados con pistolas. El resto se les unieron en el trayecto de la calle Buenos Aires y la Alameda hacia la Plaza Argüelles, donde se presentaron ante el General Varela.

Uno de los focos de resistencia fue la Radio de Cádiz, donde los concejales republicanos Servando López de Soria y Martínez Jurado se dirigen a la población con arengas duras como “lanzarse a la calle para incendiar y saquear y matar a los militares facciosos”.

El Gobierno Civil, que se localizaba en el grandioso edificio de la antigua Aduana junto a Hacienda, fue el principal núcleo de resistencia por ser el principal reclamo de los sublevados. La defensa de la institución, que representaba en sí la autoridad de la República, estuvo organizada por una compañía de Guardias de Asalto y unos cuantos obreros. Los obreros participaron de hecho activamente en la defensa ya que recibieron las pistolas de las Guardias de Asalto, quedándose ellos los rifles. El asedio fue duro, con fuego por los dos costados, la Artillería por la parte de la avenida de Canalejas, y la Infantería por la parte que daba a la Plaza España.

Otro de los focos de resistencia fue el Ayuntamiento. Fue defendido por concejales, sindicalistas y afiliados a la Casa del Pueblo. En la defensa destacan los concejales comunistas Aurelio Millán y Florentino Oitabén, y el capitán retirado Muñoz Dueñas. Llegaron a resistir hasta 20 horas, siendo dirigida la defensa por Muñoz Dueñas.

La llegada del destructor Churruca con tropas procedentes del norte de África en los albores del día 19 decidió finalmente el combate. El Gobierno civil fue rendido del mismo modo que otros edificios institucionales

Al finalizar la jornada, tropas de Infantería y Artillería controlan la situación. Se consuma pues el triunfo del Alzamiento Militar en Cádiz y San Fernando.

Mariano Zapico y sus compañeros militares quedaron presos en la Prisión Militar del Castillo de Santa Catalina, siendo acusados de rebelión militar. Al igual que tantos otros, los dirigentes republicanos como el mencionado Gobernador Mariano Zapico, Francisco Cossi Ochoa o el Alcalde de Cádiz, Manuel de la Pinta Leal, serían fusilados. Los insurrectos constituyeron una Comisión Gestora municipal, donde el Gobernador Militar de la Plaza, López Pinto, designó los distintos vocales. Se comenzaron pues a crear comisiones, instituciones, etc., para ir asentando el Alzamiento, pero nada más lejos de la realidad. La Guerra Civil solo había hecho más que comenzar.