Todas las entradas por Pepe León Rojas

V Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores.

El próximo jueves 17 de marzo a las 19:30 en la Casa de la Juventud de la ciudad de Cádiz, dará comienzo por quinto año consecutivo el ciclo de conferencias impartidas por jóvenes historiadores e historiadoras.

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Actividad organizada por la Asociación Cultural y Universitaria UBI SUNT? que brinda una  oportunidad para quienes comienzan en el mundo de la investigación de mostrar al público sus primeros trabajos.

Como antiguos conferenciantes y activos participantes, desde Fuerza y Honor queremos invitaros a asistir a las diez conferencias programadas para este año, y de esa forma poder acercarse al pasado de la mano de quienes serán el futuro.

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Colaboran la Delegación de Juventud del Excmo. Ayuntamiento de Cádiz y el Vicerrectorado de Proyección Internacional y Cultural de la Universidad de Cádiz. Seguir leyendo V Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores.

Ruta por el Cádiz Constitucional dentro del II Día del Patrimonio Solidario

El pasado 14 de Noviembre se celebró el II Día del Patrimonio Solidario, iniciativa creada y organizada por los compañeros de la Asociación para la Difusión e Investigación del Patrimonio de la Provincia de Cádiz (ADIP). A cambio de una donación de alimentos destinada al “Banco de Alimentos de Cádiz”, los participantes pudieron conocer de primera mano el innumerable patrimonio a través de las 13 rutas temáticas y las diferentes visitas propuestas, acercándose y conociendo la historia de una ciudad que alberga entre sus muros más de tres mil años de historia.

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Al igual que el pasado año los creadores de este blog colaboramos con el Día del Patrimonio Solidario, en este ocasión repitiendo la ruta por el “Cádiz Constitucional”, un recorrido por los lugares y monumentos más emblemáticos y significativos de aquel Cádiz donde vio la luz un 19 de marzo de 1812 la primera Constitución en la historia de España.

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Monumento a la Constitución de 1812 o monumento a las Cortes.

Desde nuestro blog queremos felicitar a los compañeros de ADIP por la crear y promover este tipo de iniciativas, así como por el trabajo realizado, que nos poco, para que todo salga de categoría, y por supuesto dar las gracias a todos los participantes, en especial a los que me aguantaron cerca de dos horas de ruta.

¡Nos vemos el año que viene!

Os dejo con algunas fotos de la ruta por el «Cádiz Constitucional» realizadas por el autor junto con el menda de este blog Carlos María Porras.

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Baluarte de Candelaria frente a la Iglesia del Carmen, lugar de celebración de un «Te Deum» en acción de gracias por  proclamación de la Constitución.
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Plaza del Mentidero, lugar de la segunda lectura pública del texto Constitucional.
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Nueva imagen en la plaza del Mentidero.
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Frente al Oratorio de San Felipe Neri, donde se celebraron las sesiones de Cortes y se elaboró el texto constitucional.
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De nuevo frente al Oratorio de San Felipe Neri.
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Casa de las cuatro Torres.
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En la plaza de Argüelles.
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Frente al Monumento a las Cortes en la plaza de España.
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De nuevo frente al monumento a las Cortes o de la Constitución de 1812 en la plaza de España,  lugar de la primera lectura de la Constitución y donde se sitúa el hoy Palacio de Diputación, antigua Aduana. Albergó el Consejo de Regencia durante el asedio Francés.
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Parte trasera del monumento a la Constitución de 1812 dedicado a la ciudad de Cádiz y a América.

Los Dragones de Cuera

Cuando se habla del “Far West” en nuestra mente se reproducen las figuras de aquellos vaqueros, bandidos, buscadores de oro, cazarrecompensas, soldados y sheriffs siempre a la gresca con las tribus indias. Individuos polvorientos, sucios y empapados de sudor a los que nunca les faltaba un buen vaso de Whisky, y que tantas veces hemos vistos en el cine pululando por las grandes llanuras y el oeste norteamericano de la mano de John Wayne, Lee Van Cleef, Elich Wallach o Clint Eastwood, entre otros. Pero siglos antes de que esta heterogénea fauna dominara aquellas tierras, unos reducidos grupos de jinetes de origen español y aspecto de caballeros medievales surcaban esas mismas tierras, eran los Dragones de Cuera.

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Dragón de Cuera en una ilustración del libro Banderas lejanas.

A fines del siglo XVI el Virreinato de Nueva España diseñó una red defensiva al más puro estilo de los limes romanos para proteger las tierras mexicanas de las incursiones indias procedentes de los hoy Estados Unidos de América. Para lograr este objetivo se construyeron una serie de fortificaciones equidistantes unas de otras, en la frontera norte del Virreinato, que además de evitar las razzias indias servían de apoyo a los destacamentos militares, al poblamiento de la zona y dotaban de protección a las tribus aliadas, a las haciendas y misiones que se encontraran cerca de estos de cada fuerte. También sirvieron de base para la construcción de asentamientos civiles cuando estos fortines eran abandonados por la soldadesca con la paulatina extensión hacia el norte de los dominios hispanos y la creación de otros nuevos. Estos pequeñas fortalezas fueron conocidas como Presidios, y solían ser de reducidas dimensiones, con forma rectangular y construidos en piedra o adobe.

Virreinato de Nueva España
Territorios del Imperio Español en América del Norte y central, pertenecientes al Virreinato de Nueva España.

Cada presidio contaba con una dotación de apenas medio centenar de hombre denominados “soldados de presidios”, soldados voluntarios que fueron adaptándose a las tácticas guerreras de las tribus nómadas norteamericanas convirtiéndose en verdaderos soldados de élites, naciendo de esta forma los Dragones de Cuera. Los dragones fueron un cuerpo de caballería muy común en los ejércitos europeos de la época, con preparación para combatir a caballo o como infantería, pero estos dragones hispanos se diferenciaban notablemente en indumentarias y pertrechos a la norma habitual de estos soldados en Europa, pues éstas se adaptaban al medio y al estilo de lucha indígena.

Presidio de Frontera de Tubac (Arizona).
Presidio de Frontera de San Ignacio de Túbac (Arizona).

El uniforme de estos jinetes consistía en chupa, calzones y capa azul, bandolera, sombrero de ala negro, y la cuera. La cuera era un elemento de protección que sustituyó a la coraza y del que toman el nombre estos soldados. Consistía en un abrigo sin mangas constituidos por varias de capa de piel o cuero, al estilo de las protecciones aztecas de algodón y muy resistente a las flechas indias. Respecto al armamento, cada soldado portaba una espada ancha, lanza, adarga o rodela (escudo pequeño), escopeta y un juego de pistolas. Sobre este punto se suele destacar lo anacronismo del armamento, sobre todo en lo referente al uso de espada, lanza y escudo más propio de la caballería de otras épocas pero muy eficaz en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo con los indios. El equipo del soldado de cuera se completaba de seis caballos, un potro y una mula.

Dragón de Cuera
Dragón de Cuera

El componente humano que formaba parte de los Dragones de Cuera era en su mayoría de origen criollo y europeo, no faltando los mestizos y mulatos, además estaban apoyados por auxiliares indígenas.

Este tipo de unidades no se vieron envueltas en grandes batallas en las que se mueven un gran número de tropas, pues generalmente no pasaban de doscientos hombre en acciones conjuntas, pues consideraban que más hombres restaba eficacia a la hora de operar. Se enfrentaron principalmente a los apaches, sioux, comanches y otras tribus, aunque también combatieron contra franceses, ingleses, rusos, norteamericanos e insurgentes mejicanos. Por último hay que añadir que sirvieron de inspiración a los regimientos de caballería estadounidenses que en la segunda mitad del siglo XIX combatieron en las Guerras Indias.

Miniatura de 90 cm de un Dragón de Cuera de 1790 (http://jesusgamarra.blogspot.com.es/)
Miniatura de 90 cm de un Dragón de Cuera de 1790 (http://jesusgamarra.blogspot.com.es)

La última carta

En el verano de 1921 se produjo la mayor derrota sufrida por el ejército español a lo largo de su historia, el llamado «Desastre de Annual». Entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921 las tropas desplegadas en el Protectorado español de Marruecos perdieron más de 10.000 hombres entre muertos y desaparecidos a manos de las cabilas rifeñas agrupadas en torno al mando de Abd el-Krim. La retirada de la posición de Annual, asediada por más de 18000 rifeños, se convirtió en una fuga desordenada de miles de españoles. Éstos invadidos por el terror se lanzaron a un sálvese quien pueda, muy propicio para que fueran cazados como moscas por los guerreros rifeños. Esta derrota fue el resultado de la conjunción de una multitud de errores en las decisiones tácticas tomadas por los mandos, pero sobre todo fue la consecuencia de la corrupción que como un parásito reinaba en las instituciones del estado. El ejército tampoco se libró de este mal, y la guerra de África aportaba pingües beneficios a la oficialidad, eso sí, “trapicheando” con el dinero y material destinado a abastecer a los miles de paisanos sacados de sus pueblos para combatir en una tierra hostil. Hombres, que al contrario que los más pudientes no tuvieron la oportunidad de pagar para librarse de combatir en las pésimas condiciones en las que los “negocios” de la oficialidad mantenían a la tropa. Las vergüenzas del ejército español en el Protectorado español de Marruecos fueron sacadas a las luz gracias al informe que el ministro de guerra ordena realizar al general Juan Picasso con el objetivo de arrojar luz sobre el «Desastre». El Expediente Picasso, como fue conocido, fue uno de los detonantes del golpe de estado del general Primo de Rivera de 1923.
 Capitán don Félix Arenas Gaspar
defendiendo los cañones en retirada hacia Monte Arruit,
Cuadro de Ferrer Dalmau.
En relación con esta derrota encontré una noticia publicada en diciembre del año 2013 que creo digna de figurar en las páginas de este blog. La información recoge que en la primavera de 2012 unas excavaciones realizadas en el antiguo fortín español del monte Arruit sacó a la luz el cadáver momificado de un soldado español que portaba entre sus pertenencias una carta dirigida a su novia y que nunca llegó a su destino.
Los sucesos que se dieron en Arruit fueron dantescos, situado a 30 kilómetros de Melilla, en este monte se situaba un fortín que recibió a partir del 29 de julio a la mayoría de supervivientes de la retirada de Annual. Entre el 29 de julio y el 9 de agosto los soldados resistieron de forma desesperada, finalmente y ante la falta de auxilios se rinden ante los rifeños. Una vez desalmados y rendidos fueron masacrados más de 3000 hombres, el soldado protagonista de nuestra historia fue uno de esos fallecidos.
El fortín de monte Arruit tras la masacre.
La carta encontrada entre las pertenencias del cadáver aparece dentro de un sobre que contiene el siguiente llamamiento para que se realice la entrega de la misiva.
“Hermano de armas, si lees esto será porque yo habré muerto. Por favor, cumple la última voluntad de este soldado español que ha caído por la Patria y haz llegar esta carta a María […] que vive en Málaga en la calle […]. Sus padres se llaman Manolo y Antonia.” 
El contenido de la carta nos dice lo siguiente:
“Mi dulce María, Nunca pensé escribir esta carta, pero lo preocupante de la situación me lleva a ello. Llevamos días atrincherados y defendiendo Monte Arruit, apenas tenemos agua y comida. Los moros nos cercan y nos hacen fuego, cada día tenemos nuevas bajas, ya sea por causa enemiga o por efecto del calor, y no tenemos medicamentos ni medios de asistencia sanitaria. 
 
Según dicen, el General Berenguer le ha prometido a Navarro que mandarán refuerzos desde Melilla, pero la ayuda nunca parece llegar. Hay descontento y pesar entre los hombres aquí. Hay rumores fiables de que se negociará la rendición de la plaza, pero no sabemos mucho más al respecto. No sé qué pasará, hemos pasado muchas penurias en esta maldita guerra, pero como la de Monte Arruit no la he vivido. Ya se sabe como actúan los moros y tengo mucho miedo por lo que pueda pasar, estamos prácticamente a su merced y no creo que podamos resistir mucho más el hostigamiento al que nos someten. En el campamento tratamos de animarnos los unos a los otros; por su parte, día tras día, los oficiales nos recuerdan lo que implica ser un soldado español con arengas patrióticas, pero lo que más nos reconforta, dentro de lo que se puede, es la camaradería que hacemos todos en estos difíciles momentos. La verdad que no sé por qué te estoy contando esto, supongo que por egoísmo al desahogarme con este papel. No quiero robarte más líneas, ya que esta carta es para ti: la dulce niña de mis ojos, mi morena, mi malagueña, mi razón de vivir, mi anhelo, la estrella que me guía en las noches, la única persona por la cual suspiro día tras día y me reconforta pensar que pronto te veré, que pronto te abrazaré, que pronto te besaré y que pronto me casaré contigo. Dios sabe lo mucho que te quiero. Aún me acuerdo de la primera vez que te vi, con aquel vestido azul, tu pelo negro azabache recogido en un coco, esos ojos verde esmeralda que son capaces de cegar más que este sol africano y convertir a cualquier hombre en estatua de sal con sólo regalarle una mirada tuya. Me acuerdo de la canasta de mimbre llena de pescado que llevabas pues venías del mercado y como yo, apoyado en la pared de la calle de mi casa, quedé absorto ante tu belleza. Te eché un piropo cuando pasaste por delante mía, no pensé que me hicieras caso, ya que tal hermosura tiene que estar acostumbrada a que te los digan, pero giraste tu preciosa cara, me miraste y me sonreíste. Bendito piropo aquel. Te pedí acompañarte a casa para hablarte por el camino y me lo permitiste. Desde entonces fuimos inseparables, me costó que tu padre me aceptara, pero ya sabes que la insistencia siempre ha sido mi virtud. Aún me tiemblan las piernas cuando me acuerdo de aquel primer beso que te robé en la puerta de la casa de tu tía, se nos paró el mundo alrededor en ese instante. En fin, hay tantas cosas que podría contar… Seguro que mientras lees esto estás esbozando una sonrisa. 
 
En estas líneas que llevo hablando de ti se me ha olvidado momentáneamente todo lo que estoy pasando aquí. Siempre serás mi mejor medicina y el remedio de todos mis males. Ya sabes que al comienzo de esta carta te dije que nunca pensé escribirla. Es de despedida, mi amor. Si recibes esta carta será porque yo ya no estaré. No quiero ser egoísta y por ello te pido que no me guardes luto, que no te apenes por mí, que rehagas tu vida lo más pronto posible y que no me eches en falta pues yo siempre estaré contigo en cada momento de tu vida. Que seas muy feliz y que hagas realidad todos tus sueños, ya que los míos se cumplieron cuando me dejaste amarte. Quiero que sepas que mis últimos pensamientos son para ti y que siempre te querré y cuidaré allá donde esté. Monte Arruit a 8 de agosto de 1921. De tu soldadito, Pedro.”

Restauración y puesta en valor de parte del recinto amurallado de Tarifa

Con una jornada de puertas abiertas denominada “Tarifa por todo lo alto” el área de cultura del Ayuntamiento de Tarifa dio por inaugurada la restauración y puesta en valor de parte de la cerca amurallada que envuelve al centro histórico de la ciudad, en concreto el tramo enmarcado entre la torre de la Red y la torre de los Maderos.

Plano del Triple recinto de Tarifa en el siglo XIV. En rojo la parte recuperada. Tarifa en la Edad Media (Excmo. Ayuntamiento de Tarifa. 2006).

A la once de la mañana del pasado Domingo de Ramos se facilitó al acceso al recinto a todos los visitantes, quienes a través de las explicaciones de los miembros del equipo técnico encargado de los trabajos de restauración y consolidación de la estructura pudieron conocer todos los detalles sobre la intervención realizada.

Los trabajos han consistido principalmente en la consolidación del lienzo amurallado, la eliminación de vegetación agresiva, la recuperación del adarve, el redescubrimiento y puesta en valor del postigo de Santiago y la restauración de algunos de los grafitos existentes en la muralla (Pinchar para más Información).

El tramo de muralla recuperado ha sido testigo de episodios claves en la historia de la Ciudad, como fue la toma de la misma por las huestes cristianas en 1292 (Pinchar para mas Información) o el asedio e intento de asalto por parte de las tropas francesas que vivió la ciudad en la navidad de 1811 (Pinchar para más Información).

Tramo del barrio del Arrabal.

En el lienzo de muralla restaurado podemos diferenciar dos zonas. En una primera parte del recorrido paseamos por parte del muro que delimitaba el este del barrio del Arrabal, estructura que fue levantada entre los siglos XII y XIII. Este tramo fue seriamente dañado durante el sitio francés de finales 1811, siendo posteriormente reconstruidas estas defensas por el ejército británico que ayudó en la defensa de la plaza.

En un segundo tramo, que abarca desde la torre de los Maderos hasta la torre de Jesús, nos encontramos con la cerca que protegía al barrio de la Aljaranda, ampliación de la medina original. Esta muralla fue levantada en el siglo XI, aunque el aspecto actual corresponde a las reformas efectuadas por mandato del gobernador de Tarifa don Isidro de Peralta en 1772.

Tramo reforzado por mandato de D. Isidro de Peralta en 1772.

Hay que destacar que en esta zona se encuentran la mayoría de grafitos existentes en la muralla, así como el postigo de Santiago. Este acceso es una antigua poterna del recinto amurallado que permitía a los ocupantes de la ciudad salir y entrar de ella sin ser vistos, sobre todo en caso de sitio, pero que, posiblemente a causa de una traición, sirvió de entrada a las tropas del rey castellano Sancho IV el Bravo. Éstas tomaron el barrio del Arrabal y de la Aljaranda obligando a los musulmanes refugiados en la Medina y en la Alcazaba a firmar la capitulación de la plaza el 21 de septiembre de 1292.

Restos de la antigua muralla norte del barrio de la Aljaranda,
también llamadas de murallas de tierra.
Postigo de Santiago.

Desde las páginas de este blog queremos felicitar a todos los responsables en la recuperación de esta pequeña pero importante parte del gran patrimonio tarifeño e invitar a todos nuestros lectores a conocer y disfrutar del mismo.

Vista Norte desde la torre de los Maderos.
Primeros visitantes recorriendo el adarve.
Panorámica Norte desde la torre de Jesús.
Lienzo de muralla que cierra al este el barrio de la Aljaranda.